VÉRTIGO

[Pablo Ibáñez]

Felipe,

otra magnífica muestra de tu enorme calidad. Me gusta muchísimo, igual que tu anterior entrega. Abundas de nuevo en la exploración metapoética de la palabra, sus dificultades, los arcanos de la expresión linguística. Lirismo, ambición, técnica, poder de evocación, mimo en la elección de las palabras, conforman un todo muy completo, de gran calidad, en mi opinión. Me recuerda la poesía de Valente, el ambiente de lirismo orgánico, las analogías con la naturaleza, los pájaros...

Es decir, que me ha encantado.

Un abrazo.

[Venezia Lesseps]

En fin...
La fluencia de esa “palabra” que se ciñe al concepto. No siento decirlo, es el poema de un poeta. De esos poemas que te dices....”eso podría escribirlo yo”, ¡tan fácil parece!, pero que en realidad, sólo está al alcance de los grandes. Estos versos; ...”Sin abismo, la voz no puede ser palabra,
sino ruido fugaz, el canto extinto de un dios menesteroso.”...: es toda una filosofía personal de “lo poético”. Y unos versos que dominan “el prosaísmo”, lo domestican, hasta hacerlo poesía...como debe ser...
“...Cuatro horizontes de abismo, tiene mi razonamiento y el abismo que más siento es el que siento en mi mismo”...¡Ay, la simbología compleja (acomplejada y urente, a veces) del abismo. De esa sima abisal que separa el lenguaje puro y duro de la poesía contante y sonante!
Obviamente, sólo tengo que aplaudirte y felicitarte y considerar que la poesía es eso, sencillamente lo que acabo de leer. Que una cosa son las “palabras bien dichas” y otra es “la palabra poética”. Aunque se parezcan.


Un abrazo fuerte.


Venezia.

[Felipe Fuentes García]

VÉRTIGO
No estás en ti, belleza innúmera…
Estás en mí, que te penetro
hasta el fondo.
(J. R. Jiménez)


Hermoso y profundo poema. Es cierto, la palabra se abisma al ser pronunciada, también resurge de ese abismo una vez y otra, encadenando los vértigos que la subsumen. Saludos.

Gracias, Roberto, por tu amable comentario. Valoro mucho tu generosa opinión.
Recibe un abrazo.
Felipe.

[Felipe Fuentes García]

Otra excelente muestra de tu quehacer poético. Un abrazo.

Te agradezco, José, tu excelente apreciaición del poema.

Recibe un abrazo.
Felipe.

[Felipe Fuentes García]

Felipe Fuentes García, Muy lograda expresión poética que place leer, Felipe. Mi enhorabuena!

Te agradezco, Carlos Justino, tu valiosa opinión sobre el poema y tu enhorabuena.

Un abrazo, amigo.
Felipe.

[Gerardo Mont]

Bellísimo poema, rico en imágenes que se hacen sentir y que son muestra del talento creativo del escritor. Un lujo, sin duda, poeta.

[Ricardo José Lascano]

...Y también puede inclinarse a su estado de ánimo, en este caso, la palabra, ha buscado su interior cercano y profundo para tal vez descansar. Puede un pájaro sostenerla, luego tal vez su luz.
La luz llega de tu arte que me parece brillante, reflexivo, trascendente en tu palabra versal que hurga, fibra buena, muy buena. Poesía.


Abrazo cordial.

Ricardo.

[Felipe Fuentes García]

Sin abismo, la voz no puede ser palabra,
sino ruido fugaz, el canto extinto
de un dios menesteroso.

Magnífico trabajo. Un verdadero placer.

Un abrazo.

Celia, te agradezco mucho tu paso por el poema y tus generosas palabras. Me alegro de que te haya gustado.

Un abrazo.
Felipe.

[Felipe Fuentes García]

Apreciados amigos, Pilar, Guillermo, Antonio, Mario, Ángel, Rafael, Pablo, Venezia, Gerardo y Ricardo:

Os agradezco de corazón vuestros generosos y valiosos comentarios. Son un verdadero ánimo para este esfuerzo en el que nos afanamos, siempre solitario, de creación poética.

Recibid un gran abrazo.
Felipe.

[Rafel Calle]

Bellísimo poema de Felipe.

[Felipe Fuentes García]

Bellísimo poema de Felipe.

Gracias, Rafael, por pasar por mi propuesta.

Un abrazo.
Felipe.

[Óscar Distéfano]

VÉRTIGO
No estás en ti, belleza innúmera…
Estás en mí, que te penetro
hasta el fondo.
(J. R. Jiménez)


La palabra es abismo, centro,
germinación del fondo indescifrable.
Si corona mi boca y consigo decirla,
caigo al vacío sin remedio.
Por eso, tengo pánico a decir lo que digo;
por eso busco a qué aferrarme
cuando me atrevo a pronunciarla.

Arden, desnudos,
los pájaros que ascienden,
por qué invisible escala, y picotean
las silentes aristas de lo cóncavo.

El círculo del aire bebe el vértigo
del pájaro.
Yo soy la sima
por donde habrán de despeñarse
las palabras que lleguen a mi boca,
aunque, en tanto, mi boca vele –atroz–
la sequedad más áspera.

Anega hasta los huesos, alborea
el rumor de las aves raíces en la hondura
de los acantilados donde sopla
el fuego germinal de la caída.

Sin abismo, la voz no puede ser palabra,
sino ruido fugaz, el canto extinto
de un dios menesteroso.
Ni yo ser yo,
más allá de una mueca de palabras no dichas,
bronca planicie, acaso, mudo, interminable
relámpago de sombras,
un Ícaro volando a ras de cielo.

Qué bien le hace a mi espíritu lector este tipo de poemas, y en especial este tuyo. Contiene todos los elementos estructurales que crean la belleza (condición indiscutible para todo poema), que crean el exquisito ritmo (otra condición innegociable), que crean los enigmas y misterios (en el sentido de cifra y no de jeroglífico, cuyas claves se encuentran en el mismo poema), y que crea un hilo argumental, una materia cognitiva de qué trata la obra. Es decir, contiene todos los ingredientes que buscan hacer del trabajo artístico una obra de arte, lo cual significa una obra que tenga la coraza para soportar la embestida del tiempo (que es, al fin y al cabo, lo que toda obra de arte debe pretender).

En este magnífico poema nos hablas de la palabra, y lo haces como un profundo conocedor del tema. Nos introduces en las más insospechadas reverberaciones que tu talento ha detectado al respecto. Y nos haces sobrecogernos ante la realidad creada por tu psiquis poética. Luego de leerte, mi percepción sobre la palabra adquiere otra dimensión, una visión más infinita de su significado. Esto es lo que, de mi parte, debo yo agradecerte. Agradecer estar interactuando con poetas de tu talla, agradecer que me leas, que me comentes, que me ayudes a enriquecer mi espíritu poético.

Te mando un abrazo fraterno.
Óscar

[Felipe Fuentes García]

Qué bien le hace a mi espíritu lector este tipo de poemas, y en especial este tuyo. Contiene todos los elementos estructurales que crean la belleza (condición indiscutible para todo poema), que crean el exquisito ritmo (otra condición innegociable), que crean los enigmas y misterios (en el sentido de cifra y no de jeroglífico, cuyas claves se encuentran en el mismo poema), y que crea un hilo argumental, una materia cognitiva de qué trata la obra. Es decir, contiene todos los ingredientes que buscan hacer del trabajo artístico una obra de arte, lo cual significa una obra que tenga la coraza para soportar la embestida del tiempo (que es, al fin y al cabo, lo que toda obra de arte debe pretender).

En este magnífico poema nos hablas de la palabra, y lo haces como un profundo conocedor del tema. Nos introduces en las más insospechadas reverberaciones que tu talento ha detectado al respecto. Y nos haces sobrecogernos ante la realidad creada por tu psiquis poética. Luego de leerte, mi percepción sobre la palabra adquiere otra dimensión, una visión más infinita de su significado. Esto es lo que, de mi parte, debo yo agradecerte. Agradecer estar interactuando con poetas de tu talla, agradecer que me leas, que me comentes, que me ayudes a enriquecer mi espíritu poético.

Te mando un abrazo fraterno.
Óscar

Estimado Óscar:

Tu comentario me llena de satisfacción, más que por la opinión tan favorable que haces sobre mi propuesta, porque viene de un gran amigo y porque tus palabras, además de ser pronunciadas por un consumado comentarista, provienen de un gran amante de la poesía que, hoy por hoy, es uno de los mejores poetas actuales –si no el mejor- de cuantos nos movemos por Internet. Permíteme que me reafirme en mi orgullo de haber compartido contigo la exitosa obra antológica de cuatro autores que en su día con tanta pasión publicamos.

El acto creativo, el esfuerzo del “corredor de fondo” que se gesta de puertas adentro y que ensalza el espíritu, adquiere su meta en el “vibrato” del lector, modulación que pocas veces el autor tiene la oportunidad de conocer de forma directa. Por eso, te agradezco enormemente el detenimiento en tu explicación, el desvelo de tu sentimiento de lector- poeta, que tan acertadamente has sabido expresar. Y cómo, a su vez, no leerte; sería renunciar al goce estético, a aumentar el caudal lírico, a apartar la emoción del hallazgo que con tanta frecuencia encuentro en tus poemas.


Recibe un gran abrazo, amigo mío.
Felipe.

[Ramón Carballal]

Un poema excelente, no se puede decir otra cosa. Enhorabuena y un saludo cordial.

[Josefa A. Sánchez]

Excelente.
Un abrazo.
Pepa