Editorial Alaire

Hábitat de silencio partido
en la noche se arranca las alas
para serpentear en los bares.

Hoy anidan cuervos en mis dedos
y sufro síndrome de verso callejero.
Coloreo ideas sugestivas en chalecos de fuerza,
pasan las voces
pasan las rondas
y cada vez debo excavar más hasta encontrarle.

Debería arrojar el ancla hasta que el tenor madure,
dejar de mentir a los demonios del día
para valer mi peso en lágrimas.

Necesito la piel de las uvas en dos palabras,
las cenizas donadas a mi mejor memoria
el vértigo rocoso de las notas de sus pasos.

Necesito esos hoyuelos de pizarra
una brújula a los rincones del cuarto
telaraña tonta que amenaza el recuerdo
sin saber hasta dónde dependo de él.

Callejón suicida
ha mutilado la bombilla en mi boca
donde cuelgan los labios de los muertos.
Me repaso pensativamente:
cara/manos/cuerpo
todo parece estar en su lugar
pero sé que sólo soy un triángulo de tiza.

Azul, de estrella azul. Antológico.

La fuerza desgarradora de las imágenes nos ahoga con esa belleza que perdonamos al aire. Tren de huesos. Duele la mirada al tropezarse con el estallido y con la nada que coloniza el hambre de los ojos. Belleza superlativa que no renuncia.
Y los versos clavados en la confesión de la apertura son tremendos.

De pie para reverenciar tu trabajo, querida Daniela.

Abrazos.

Es un poema donde los sentimientos muestran su máxima belleza, como templos de las súplicas que no encuentran respuesta.



Necesito la piel de las uvas en dos palabras,
las cenizas donadas a mi mejor memoria
el vértigo rocoso de las notas de sus pasos.

Necesito esos hoyuelos de pizarra
una brújula a los rincones del cuarto
telaraña tonta que amenaza el recuerdo
sin saber hasta dónde dependo de él.

Me han encantado las metáforas sugerentes que utilizas. Felicitaciones sinceras.

El poema está construido; hay un lenguaje. No es necesario desentrañar el lenguaje, traducirlo, basta con saber que está ahí, basta con identificarlo. El significado es lo de menos (digámoslo así, subrayémoslo así) porque cada lector encuentra el suyo, lo importante es la forma que permite, precisamente, la cristalización de la idea, que permite que el blanco y negro tome fuerza y color.

Hay un verso que me llama poderosamente la atención:

"Debería arrojar el ancla hasta que el tenor madure"

me parece paradigmático de la forma del poema, del lenguaje.

Un abrazo y enhorabuena por la entrega.

Esteban

Daniela Miño, Simbiosis de belleza y dolor en esta gran entrega, Daniela. Mi apoyo a tus versos.

Muy logrados versos en este hermoso poema. Felicidades
Abrazos
Pilar

Hallie Hernández Alfaro escribió:Azul, de estrella azul. Antológico.

La fuerza desgarradora de las imágenes nos ahoga con esa belleza que perdonamos al aire. Tren de huesos. Duele la mirada al tropezarse con el estallido y con la nada que coloniza el hambre de los ojos. Belleza superlativa que no renuncia.
Y los versos clavados en la confesión de la apertura son tremendos.

De pie para reverenciar tu trabajo, querida Daniela.

Abrazos.

Muchísimas gracias Hallie, como verás ando de versos de apertura, supongo que didácticamente me resuelve el hilo del poema que muchas veces se me va por los aires

Abrazotes.

poema callejero, nocturno, poema modal apoyado en la hora que no se identifica, antes o después puede ser una imagen evanescente.
me alegra leerte después de esta pausa. beso

Arriba con la excelencia.

Marius Gabureanu escribió:Es un poema donde los sentimientos muestran su máxima belleza, como templos de las súplicas que no encuentran respuesta.



Necesito la piel de las uvas en dos palabras,
las cenizas donadas a mi mejor memoria
el vértigo rocoso de las notas de sus pasos.

Necesito esos hoyuelos de pizarra
una brújula a los rincones del cuarto
telaraña tonta que amenaza el recuerdo
sin saber hasta dónde dependo de él.

Me han encantado las metáforas sugerentes que utilizas. Felicitaciones sinceras.

Gracias Marius, también son esos mis versos favoritos =)

Abrazote.

Yo no digo nada...

Sólo disfruto.

Un beso

Daniela Miño escribió:

Hábitat de silencio partido
en la noche se arranca las alas
para serpentear en los bares.

Hoy anidan cuervos en mis dedos
y sufro síndrome de verso callejero.
Coloreo ideas sugestivas en chalecos de fuerza,
pasan las voces
pasan las rondas
y cada vez debo excavar más hasta encontrarle.

Debería arrojar el ancla hasta que el tenor madure,
dejar de mentir a los demonios del día
para valer mi peso en lágrimas.

Necesito la piel de las uvas en dos palabras,
las cenizas donadas a mi mejor memoria
el vértigo rocoso de las notas de sus pasos.

Necesito esos hoyuelos de pizarra
una brújula a los rincones del cuarto
telaraña tonta que amenaza el recuerdo
sin saber hasta dónde dependo de él.

Callejón suicida
ha mutilado la bombilla en mi boca
donde cuelgan los labios de los muertos.
Me repaso pensativamente:
cara/manos/cuerpo
todo parece estar en su lugar
pero sé que sólo soy un triángulo de tiza.

Daniela, a mi me encanta 'leerte' y lo entrecomillo porque me parece que tiene cierta conexión con eso que pusiste en la foto -preciosa- '... que vos creés conocer', es claro que puede deberse a uno de mis 'rollos' mentales, resumo: leerte es en parte concerte, pero conocer ese costado que no es tan visible de otra manera, y para variar creo que no logro explicarme bien. En cualquier caso el poema me encantó y me alegra que estés otra vez por aquí, abrazos, Luna.-

Hace unos días leí tu poema, Daniela, y analizándolo encontré algo que me parecía una coincidencia con un terrible accidente ferroviario que ha ocurrido en España y no supe que decirte. He vuelto a leerlo y ha vuelto a gustarme, te doy por lo tanto la enhorabuena.

Un abrazo.

Daniela interesante poema el que nos dejas que he leído con sumo placer. Me gustó.

saludos

rafael

...
Me repaso pensativamente:
cara/manos/cuerpo
todo parece estar en su lugar
pero sé que sólo soy un triángulo de tiza.

Me ha encantado, me parece un poema extraordinario. Las imágenes, fabulosas.

Un abrazo.