............................................................................................Gerardo Mont escribió:Hilván de callejones tristes.
Ardid de cuerpos suturándose nostalgias,
hurgando camino a casa panes rancios.
Y los niños jugando a deshoras a los sinos,
desatan la cuenta regresiva de los viejos…
Y es la noche.
Germinan entonces los párpados azules
en los surcos de las máscaras.
Germinan las rosas sangrantes en los labios.
Y el ébano del pubis sueña orillas,
mientras los ojos resignados
acechan cicatrices en las puertas,
naufragan en cualquier jacuzzi atormentado.
Graduando los sofismas del paisaje y el gemido,
se exhuman en blanco y negro las historias,
de tíos marcianos o chiflados que se juntan;
de caballos parlantes o brujas con marido.
Y cambian los canales de la luna,
inundando o menguando las ventanas,
mientras los peces fulguran o se asfixian
en la sábana infinita de las dudas.
La ciudad palía entonces
la desnudez terrible de los lechos.
Sometida por las órbitas de asfalto,
triplica rostros,
triplica ecos,
vaga a puntas por la vida
detonando cicatrices y adioses en la acera.
Y las horas mutiladas tras las puertas
dispensan desafueros en el alma colectiva.
Mientras, sus índices perforan las paredes,
sojuzgan al adicto a los placebos.
Y es el día.
Muy hermoso poema, amigo Gerardo, donde parece que estás superando etapas en las peripecias emocionales que ineludiblemente se dan en los creadores.
En la primera estrofa, se produce una elipsis por la cual se retrocede hasta los albores de la acidez del sofisma. Hachazos. La herida es grande en el ideal socio-lógico de los entes vencidos al frío de los faroles, ahora a la espera de un milagro. Quizá iría bien algo que dije en cierto poema: Los días me parecen improbables, y las noches certeza de castigo. Sí, la acidez de los placebos en la tri-logía de los sueños derribados.
De la forma, decir que cada día trabajas mejor el verso multimétrico, es decir, hay una combinación no premeditada que es fácil de constatar si nos fijamos en la acentuación 4-5-6-7, y que resulta de un ritmo muy variado que se acerca mucho al ideal melódico por su naturalidad, alejada del acento rítmico predominante en sexta, que suele acompañar a las combinaciones polimétricas, acentuadas en 4-6-8.
En cuanto a la estética versal, me parece que has mejorado mucho, con lo que inevitablemente mejora el ritmo.
En el asunto técnico, también hallo una subida de nivel; sin embargo, pienso que el desarrollo de la trama, aunque consigues versos maravillosos, es demasiado simbólico, es decir, te pasa como, por ejemplo, a mí o a Ferreiro, encriptamos mucho el mensaje, con lo cual, la mayoría de lectores se quedan en albis, no se enteran lo que deberían enterarse. Sin ir más lejos, la historia de este poema es terriblemente desgarradora, pero nadie la comenta; solo te comentan aspectos generales, porque tal vez no se han podido introducir en la trama.
Sí, querido colega, creo que debemos trabajar con paciencia intentando hacernos entender, que no es lo mismo que ser prosaicos, ya me entiendes.
(Dos detalles: tercer verso, quizá "camino a casa", entre comas. "Tíos" (marcianos), no me suena bien.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un fuerte abrazo.