Bruno Laja escribió:Su cuerpo era una conjetura de la luz
sólo visible en las horas más bajas de la corriente sanguínea,
cuando es posible mirar sin ser visto a través de los accesorios de viaje
y el deseo es pálido y desova
en un velo abultado por el arañazo mínimo del hambre.
Una telaraña de mímesis idénticas al trazo
que todo lo desviste era su cuerpo
recuperado al mundo,
que lo lamía como a un recién nacido ,
que lo lavaba de toda tierra,
que lo alejaba de mí.
Felicidades Bruno. Primera vez que te leo y quedo prendida de la belleza natural con la cual expresas la vulnerabilidad (sugerente tanto de un poder excepto de todo daño, como de una inocencia al intemperie, en la boca de la bestia... Desde su provocador y evocador título, tu poema surte un efecto emocional y simbólico poderoso. Abrazos,ERA