Editorial Alaire

Voy delirando entre flashes
como deliran su cuerpo
a la deriva, los nautas.

Voy aclarando esos nombres
que pronostican
inéditos horizontes al ojo.

me desdoblo en anónimas formas de sal
alargando en sus sombras cualquier conclusión
-quién quiera que seas.

Fondeo las naves del nombre.
Depredo en las catedrales del tiempo;
y asido a razas prohibidas
de labios que trovan mujeres,
en las herejías del tacto,
de todas las formas te cito.

Y los miedos de amar…
en los sueños, que del hombre conforman
las mejores historias.

¡Qué en la voz que rezuma,
hay un as en la manga,
franqueando atajos al perdón del regazo,
inflamando los lagos de este niño que corre!

Y ahora sé que algunas veces albergas distancias
pero emprendes regresos,
cada vez que me afirmas exilios.

Así se subliman las pieles izadas por nautas,
y en todos los nombres invocan
a Magdalena, Lucía, Soledad y Yolanda…

Que somos paradójicamente
entre la muerte y la vida:
jóvenes aplazando del percutor la sentencia
con un siglo de barro en las manos.

Gerardo Mont escribió: Fondeo las naves del nombre.
Depredo en las catedrales del tiempo;
y asido a razas prohibidas
de labios que trovan mujeres,
en las herejías del tacto,
de todas las formas te cito.
**
Y ahora sé que algunas veces albergas distancias
pero emprendes regresos,
cada vez que me afirmas exilios.
**
Que somos paradójicamente
entre la muerte y la vida:
jóvenes aplazando del percutor la sentencia
con un siglo de barro en las manos.

Otra propuesta para el nuevo libro que irá acrecentando su valor. Con un abrazo.
Salud.

Hermoso poema para el libro que suma su belleza
Abrazos
Pilar

Ronald Bonilla escribió:Muy buen poema, amigo y vecino, realmente lo releo y no puedo decirte más que PERFECTO. aBRAZOS

Te agradezco mucho vecino la motivación de tu comentario. Que estés bien. Abrazos hasta Tres Ríos.

Hay un tierno sabor a nostalgia en este magnífico poema.
Buen realce para el libro.

Un abrazo

Guillermo

Julio González Alonso escribió:

Gerardo Mont escribió:
Fondeo las naves del nombre.
Depredo en las catedrales del tiempo;
y asido a razas prohibidas
de labios que trovan mujeres,
en las herejías del tacto,
de todas las formas te cito.
**
Y ahora sé que algunas veces albergas distancias
pero emprendes regresos,
cada vez que me afirmas exilios.
**
Que somos paradójicamente
entre la muerte y la vida:
jóvenes aplazando del percutor la sentencia
con un siglo de barro en las manos.

Otra propuesta para el nuevo libro que irá acrecentando su valor. Con un abrazo.
Salud.

Estimado Julio, siempre un honor contar con tu profunda lectura y tus amables comentarios que tanto te agradezco, poeta. Que te lleguen sinceros mis abrazos.

Pilar Morte escribió:Hermoso poema para el libro que suma su belleza
Abrazos
Pilar

Muchas gracias estimada Pilar por dejar tu amable huella en estos trazos. Mis abrazos de amigo.

Una gozada sumergirse en estos versos hasta el magnífico cierre.
Un abrazo.
Pepa

Guillermo Cuesta escribió:Hay un tierno sabor a nostalgia en este magnífico poema.
Buen realce para el libro.

Un abrazo

Guillermo

Guillermo, estimado poeta, siempre un lujo contar con tu lectura y con tu apoyo, que mucho te agradezco. Mis abrazos que te lleguen sinceros.

Josefa A. Sánchez escribió:Una gozada sumergirse en estos versos hasta el magnífico cierre.
Un abrazo.
Pepa

Muchas gracias Josefa por tu lectura y tu amable comentario que mucho me motiva. Que estés bien. Mis abrazos de amigo.

Me gustó tu poema, compañero, aunque lo desluce un poco esa repetición de "nautas",es verdad que en versos no próximos, pero...bueno una opinión sin más.


Salud, hermano.

Nésthor Olalla escribió:Me gustó tu poema, compañero, aunque lo desluce un poco esa repetición de "nautas",es verdad que en versos no próximos, pero...bueno una opinión sin más.


Salud, hermano.

Te agradezco muchísimo la observación estimado poeta. En este caso no solo considero que el uso en la primera y octava estrofa, no genera ningún problema, sino, que es necesario, para redondear el escrito. Creo que el poema debe tener una unidad lógica, que enlace todos los elementos – en mi caso metafóricos, sobre todo –, reales y surreales, para que aunque el poema no se apegue a la lógica ortodoxa, por así llamarla, tenga una lógica propia, esto, además de la necesaria coherencia horizontal y vertical. Como verás en la primera estrofa el yo poético, se asume “como” un nauta que delira su cuerpo a la deriva, condensando los miedos propios del amor, las dudas intrínsecas al ser, la vaguedad de la existencia, la vanidad de lo físico. Luego en una enumeración que condensa los azares de la vida y el ser, surge algo que se opone a la fuerza casi inevitable de la corriente, por supuesto, el amor, metaforizado en los labios que trovan mujeres, con su as en la manga, de perdones y regresos. Luego volvemos a los nautas del principio: “Así se subliman la pieles izadas por nautas…”, es decir, se engrandecen, se exaltan, en fin, el que se visualizaba a la deriva, encuentra un sentido, utiliza los vientos… y entonces es, invocando los nombres, como los de las trovas famosas aludidas. Todo, al fin, es una paradoja entre muerte y vida, intentando aplazar la primera.
<xml><o>Abrazos estimado poeta. </o>

Que somos paradójicamente
entre la muerte y la vida:
jóvenes aplazando del percutor la sentencia
con un siglo de barro en las manos.


Interesante poema, muy interesante y bien escrito.

Estos versos finales son una maravilla.

Un abrazo.

En tus escritos siempre se encuentra poesía de la buena. Un placer la lectura. Abrazos.