Editorial Alaire

Me percibo único al caer la noche.

Padre de todos los sonidos,

no me dejo perturbar en mi edén

de ojos cerrados y humo impermeable.

Nazco en la techumbre

y me prolongo, con ademanes de araña,

hasta el confín de mis arterias.

Juan Fionello escribió:Me percibo único al caer la noche.

Padre de todos los sonidos,

no me dejo perturbar en mi edén

de ojos cerrados y humo impermeable.

Nazco en la techumbre

y me prolongo, con ademanes de araña,

hasta el confín de mis arterias.

Me gustan estos poemas que actúan en el cerebro como un flash y nos dejan, tras el primer deslumbramiento, siluetas y formas que se mueven a nuestro alrededor y nos envuelven. Ese estado anímico descrito, ese conocimiento de sí mismo y del propio dominio, esa unicidad consciente, conforman los momentos mágicos de la existencia.
Salud.

Coincido con Julio en que es un momento mágico el que muestra este poema y que se revive en los versos
Abrazos
Pilar

Es un poema misterioso, con un lenguaje que acentúa la atmósfera inquietante que personalmente me transmite. Disfruté mucho leyéndolo Juán.

Un abrazo.

Te miras a tí mismo y mueves el espejo para lograr describirte por adentro.

Magnífica llamarada de poesía.

Un abrazo

Guillermo

Inquietante poema, Ramón, con un tono kafkiano que me parece espléndido. La variedad de tus propuestas enriquece todavía más tu poesía. Un abrazo.

JUAN FIONELLO: Describes, en trazos rapidísimos, toda la soledad del hombre cuando se queda a solas en su habitación. Un abrazo.

Juan Fionello escribió:Me percibo único al caer la noche.

Padre de todos los sonidos,

no me dejo perturbar en mi edén

de ojos cerrados y humo impermeable.

Nazco en la techumbre

y me prolongo, con ademanes de araña,

hasta el confín de mis arterias.

Todos necesitamos de esa quietud que nos hace recordar que el silencio es el padre de todas las sabidurías.

Unos versos cargados de simbolismo y verdad.

Como siempre un placer estar en tus letras.

Abrazos.

Julio González Alonso escribió:

Juan Fionello escribió:Me percibo único al caer la noche.

Padre de todos los sonidos,

no me dejo perturbar en mi edén

de ojos cerrados y humo impermeable.

Nazco en la techumbre

y me prolongo, con ademanes de araña,

hasta el confín de mis arterias.

Me gustan estos poemas que actúan en el cerebro como un flash y nos dejan, tras el primer deslumbramiento, siluetas y formas que se mueven a nuestro alrededor y nos envuelven. Ese estado anímico descrito, ese conocimiento de sí mismo y del propio dominio, esa unicidad consciente, conforman los momentos mágicos de la existencia.
Salud.

Espléndido comentario que embellece el poema, Julio. Te lo agradezco.

Un fuerte abrazo.

Pilar Morte escribió:Coincido con Julio en que es un momento mágico el que muestra este poema y que se revive en los versos
Abrazos
Pilar

Muchas gracias por decirlo, Pilar.

Un abrazo.

Israel Liñán escribió:Es un poema misterioso, con un lenguaje que acentúa la atmósfera inquietante que personalmente me transmite. Disfruté mucho leyéndolo Juán.

Un abrazo.

Me alegra mucho, Israel, y gracias por dejar constancia tan generosamente.

Un fuerte abrazo.

Un poema muy sugerente, me gustó leerlo. Felicitaciones, Juan.

Para degustar lentamente esta delicatesse poética de consciencia plena y maravillosa, del poderío imaginativo y consciente del hombre: su grandeza y disfrute del estar solo y uno con el universo.

Todo un placer, querido amigo.

Muy hermoso poema, amigo Juan, envuelto en la condensación nocturna del reino de un solitario. No se puede decir mejor si es que he entendido lo que querías decir, que creo que sí.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Te miras a tí mismo y mueves el espejo para lograr describirte por adentro.

Magnífica llamarada de poesía.

Un abrazo

Guillermo

Muchas gracias por tu amable comentario, Guillermo.

Un abrazo.