NUESTRA NIÑEZ

[Arturo Juárez Muñoz]

Querido Mario Martínez:
Tus palabras me llenan de satisfacción, aunque el merecer se confunde en ocasiones con el objetivos mismo, que es la tenacidad, el amor, el entusiasmo que ponemos a los actos de nuestra vida, y que en consecuencia, en ocasiones nos regalan estos grandiosos momentos.
Para un servidor, de las grandes fortunas que voy atesorando, es la de conocer a personas tan profundas, profesionales y comprometidas con el quehacer poético. Desde ese ángulo, ¡Sí me siento inmerecidamente halagado!
Gozar de muestras de simpatía, de ánimo, de un "sigue adelante", son instancias que no me las quiero perder jamás.
Gracias por tu gentileza:
Arturo

[Arturo Juárez Muñoz]

Querida Pepa:
¡Cuánta razón tienes en tus palabras!
Si tienes un momento, te pido leas el comentario de Nésthor Olalla, donde menciona no compartir el fondo idílico que intentamos los adultos sustanciar en la niñez.
Hago hincapié que mi niñez sí es un refugio, un espacio donde por circunstancias de mi vida, viví momentos muy difíciles y amargos. Sin embargo, a través de una lucha titánica, logré escindir lo malo de lo bueno y hoy mi vida transcurre pletórica de alegría y paz espiritual.
Aunque en efecto, bien pude anclarme a la sordidez de aquella etapa dolorosa, por fortuna logré intercambiar carbones por piedras brillantes, y gozar a plenitud momentos como el presente.
Vaya para ti mi cariño y afecto, así como mi siempre pleno reconocimiento.
Un beso:
Arturo

[Arturo Juárez Muñoz]

Querido y joven amigo, Javier Dicenzo:
Me alegro que menciones que siempre he intentado apoyar tu trabajo y, en medida de lo posible, el de más compañeros.
Así entiendo el quehacer poético, pues estimo todos juntos abonamos a una tierra siempre fértil y amorosa que recoge nuestros pensamientos.
Agradezco tu gesto y palabras, ratificando que cuentas conmigo para todo proyecto que inunde de mariposas tu cabeza.
Un abrazo:
Arturo

[Ramón Carballal]

Merecido reconocimiento a este bello poema dedicado a la niñez. Un abrazo.

[Arturo Juárez Muñoz]

Entrañable amigo, Julio González:
No tengo empacho en mencionar que tus palabras son a mi corazón, lo que el vino a la felicidad: ¡Pareciera que nacieron juntos!
Siempre tan atento, tan gentil, tan bondadoso.
Imagina cuánto valoro tu sutileza, que cada vez que vierto un comentario a tu persona, pareciera que te adulo sobremanera.
¡No, nada más erróneo! Quiero hacer patente que el recibir una opinión tan sincera y emotiva, se convierte en un apoyo, una arenga, una mano que apunta hacia una instancia de superación. ¡Luego entonces, me siento afortunado de contar contigo en esta hermosa empresa!
Vaya para ti mi agradecimiento, así como mi admiración y enorme afecto a tu distinguida persona!
Arturo

[Arturo Juárez Muñoz]

Gentilísimo, Nésthor Olalla,

Me considero persona abierta a la libertad de pensamiento y diversidad de opiniones.
Para todos los que participamos en este foro, la amabilidad, el buen trato, el apoyo desinteresado han sido siempre un sello de distinción, circunstancia que valoro y aprecio enormemente.

Dices en tu comentario:
"Sobrevaloramos la niñez porque necesitamos engañarnos y tener algún lugar donde volver tras el fracaso.
Me gustó leerte, compañero, aunque no comparto ese fondo idílico que el poema pretende sustanciar en la niñez."

¿Qué sucede cuando aquella niñez a la que aludes volver, no fue necesariamente una mar de tranquilidad y alegría? ¿Seríamos unos fracasados en el amplísimo sentido de la palabra?
De una cosa estoy cierto: ¡Tienes toda la razón! Sí, sobre valoro la niñez (mi niñez), porque no transcurrió de la mejor manera. Ésta me marcó, me lastimó profundamente y me dejó una tarea de dimensiones descomunales de cosas por resolver!
Luego entonces, ¿por qué vuelvo a ella como refugio, como nostalgia, como necesidad de revivir una y otra vez lo bueno que hubo en ella?
En ocasiones yo también me pregunto lo mismo que señalas, sin embargo, tras una larga cadena de reconstrucción, de enmendar y reprogramar múltiples pensamientos, hoy me siento tranquilo y en paz, pues superé al menos los problemas más complejos y difíciles de aquella instancia.
Muy factiblemente, todos llevamos "monstruos" que nos atormentan o preocupan en nuestra edad adulta, y que en más de una ocasión queremos "meter la cabeza debajo de la almohada". Es allí donde surge la magia de aquella niñez que nos hacia volver al siguiente día y librar las batallas que hoy, son huellas imborrables de nuestro pasado.

Agradezco profundamente esta oportunidad que me brindas con tu comentario. Estoy convencido que personas como tú tienen férreas convicciones y luchas personales llenas de pasión y convicción.
Te extiendo un abrazo y mi más hondo reconocimiento:
Arturo Juárez Muñoz


Un gusto.

[Arturo Juárez Muñoz]

Muy querido y distinguido, Ramón Carballal,
Tú y yo hemos cruzado palabras en la intimidad de un foro abierto a la expresión literaria. No todo es poesía ni todo es circunstancial. Tú, como persona comprometida con tus ideales; yo (un servidor), como alguien que intenta escalar un escalón en la larguísima escalera.
Querido amigo, sabes a la perfección que tu estilo poético me resulta admirable y paradigmático. En virtud a ello, agradezco, valoro, aprecio profundamente te detengas para brindarme tu apoyo.
Mi reconocimiento y admiración:
Arturo

[lazaro Habana]

<sub>¡Ay, niñez de cuatro lunas! ¡Ay, aroma de té de canela con panecillos recién horneados! ¿Dónde se extraviaron las rutas donde orgullosa surcabas los caminos que llevan al horizonte infinito? Yo era tu chofer, tu conductor, tu jinete en aquellas jornadas donde el polvo era nuestras nubes y las farolas de las calles nuestra galaxia.
Cuando vuelvo a ver tus pedacitos de todo y a su vez de nada, me recuerdan que así ha sido mi vida, pegotes que se adhieren como a ti las rondanas y los birlos, para ambos crecer de poco en poco, amalgamados por la esperanza de sentirnos fuertes, sólidos, diferentes, y sin embargo débiles como las rosas atrapadas en su cáliz.

Por un instante me siento transportado a aquellos tiempos, como si nada hubiese pasado, como si el tiempo quedara suspendido y mi alma se entremetiera entre las brumas de la nostalgia de aquella niñez tan añorada. Después de todo, andar de nuevo nuestros rumbos secretos, es una forma de decir que la vida es una promesa que se volverá verdad una mañana.</sub>


NUESTRA NIÑEZ

Acicaladas, las gaviotas se aprestan a levantar el vuelo una mañana.
Sus alas extendidas se baten en grácil huida
como intentando surcar el cosmos de una nueva galaxia.

Así nuestra niñez, convertida en polvo dorado que se esparce
como burbujas de jabón en vorágines de nada.

Tus destellos diamantados quedaron esparcidos en la grana,
en esas tardes que parecían trozos de luna salpicadas de aventuras,
que hoy son como olas de recuerdos que se mecen
en las sienes platinadas de mi cara.


¡Niñez que fuera todo; esperanza colmada de esperanza,
y cada torcer del destino, una razón para esperar otro mañana!


Si pudiera asirme a tu cauda tejida de listones,
me volvería juego, bolero, carcajada,
y volvería a tus noches de terror,
con los ojos asomando debajo de la almohada.

Arturo Juárez Muñoz
LM/2012/10

te felicito Arturo por tan memorable poema, me recordó muchas cosas
y eso es lo que vale, lo que mueve, perdura...

abrazos

lázaro

[Pilar Morte]

Merecido reconocimiento a este poema donde la niñez envuelve la palabra
Enhorabuena
Abrazos
Pilar

[Isabel Moncayo]

Se me había pasado tu hermoso poema, amigo Arturo, pero nunca es tarde... para emocionarse con esta evocación a la niñez donde volvemos inevitablemente,
esos pedacitos de todo, que era aquello, nuestro pequeño gran mundo, seguramente nada, o todo.

Mi enhorabuena por el reconocimiento, un abrazo.

[Arturo Juárez Muñoz]

Muy distinguido Lázaro:
Grandiosa oportunidad nos brinda la vida para ensanchar los lazos de unión fraternal y poéticos.
No oculto estar gozando a plenitud que personas tan gentiles como tú, se detengan a ofrecerme una palabra de aliento.
No es un alto en el camino, mucho menos la realización personal, pues estimo mi poesía aún debe trabajarse con ahínco y mayor dedicación.
Sin embargo, recién fuiste reconocido y sabes que es un aliciente muy gratificante.
¡Gracias, amigo!
Arturo

[Arturo Juárez Muñoz]

Querida Pilar Morte:
La grandeza de una persona está en función de su capacidad (don) de ayudar a los demás.
Ése es tu caso. Desde que te conozco, solamente aliento y afecto he recibido de ti, situación que valoro e intento ser recíproco.
En múltiples ocasiones he mencionado que el merecimiento en ocasiones se confunde con circunstancialidad, por lo que agradezco tus palabras, tu belleza espiritual y tu amistad.
Un beso muy cariñoso:
Arturo

[Arturo Juárez Muñoz]

Gentilísima Isabel Moncayo:
Artista, poeta, amiga, consejera, en ocasiones la vida te ha asignado muy diversos papeles.
Tu bondad infinita es un vehículo que abre puertas y rompe cadenas de cerrazón.
¿Cómo agradecer tu bondadoso saludo?
¡Solamente con cariño, afecto y gratitud!
Lucho denodadamente por avanzar, aunque sea pasito a pasito. No tengo prisa, y aunque parezca mentira, no tengo un único destino al cual llegar.
Hoy me toca gozar una eventualidad maravillosa, pues este foro representa un altísimo ideal.
Te mando mis mejores deseos de bienestar y toda mi gratitud:
Arturo

[E. R. Aristy]

Querido Arturo, cuanto me alegra que este hermoso poema brille en lo alto y limpio de este espacio.

Enhorabuena,
Roxane

[Leonor pastor]

Que lindo tu poema