Crónica de una despedida
Publicado: Lun, 27 Feb 2012 16:54
16/7 - Carmen, Carmen...
Te has ido, marinero, y has escogido este día.
Mirándolo bien no podía ser otro y te has ido a celebrar
tantos y tantos días de mar en calma y galernas.
Solíamos bañarnos en la desembocadura de la bahía de Pasaia,
casi en alta mar, donde no hay restos de fuel ni desperdicios.
Vigilabas atento los cambios de corriente y yo, confiada,
nadaba con la seguridad de tener un ángel de la guarda
que me sacaría del agua a la menor señal de peligro.
A veces me asustaba la inmensidad,
la profunda oscuridad de las aguas cantábricas,
la incertidumbre de no saber qué habría allí debajo...
y el roce de unas algas en mis pies me hacía chillar
y tú acudías para tranquilizarme.
Me regalabas erizos y percebes.
Y tu risa, marinero, tu risa siempre franca
pasara lo que pasara.
Nunca te abatía el desaliento.
Te has ido hoy con la Virgen del Mar y desde allí,
sea donde sea, contemplas
las regatas de traineras y nos miras.
---
18/7 Donosti
Seis horas de autobús no son nada para acudir a celebrarte.
Celebrar, sí, el privilegio de haberte tenido siempre.
Me acompañan Gundula Janowitz, Gerhard Stolze y Ficher-Dieskau:
Carmina Burana majestuosa.
También Des'ree hace que me olvide del compañero de viaje roncador.
Su inconfundible voz me acompaña por la páginas de un buen amigo:
"Bajo la fría luz de Octubre" de Eloy M. Cebrian.
Los viajes en solitario tienen eso de bueno,
poder disfrutar de buena música y fantástica lectura.
No hubo lágrimas. Sí abrazos y caricias. Y besos sinceros.
En realidad es como si aún siguieras con nosotros paseando por Gros y la
Zurriola o contemplando la inmensa y horrible mole del Kursal. Seguro
que ti tampoco te gustaba.
Sé que tú, marinero, nos vas a seguir cuidando y seguiremos riéndonos como
nos has enseñado: con el corazón abierto y el alma entregada.
Hasta siempre.
MAR - Julio2004
Te has ido, marinero, y has escogido este día.
Mirándolo bien no podía ser otro y te has ido a celebrar
tantos y tantos días de mar en calma y galernas.
Solíamos bañarnos en la desembocadura de la bahía de Pasaia,
casi en alta mar, donde no hay restos de fuel ni desperdicios.
Vigilabas atento los cambios de corriente y yo, confiada,
nadaba con la seguridad de tener un ángel de la guarda
que me sacaría del agua a la menor señal de peligro.
A veces me asustaba la inmensidad,
la profunda oscuridad de las aguas cantábricas,
la incertidumbre de no saber qué habría allí debajo...
y el roce de unas algas en mis pies me hacía chillar
y tú acudías para tranquilizarme.
Me regalabas erizos y percebes.
Y tu risa, marinero, tu risa siempre franca
pasara lo que pasara.
Nunca te abatía el desaliento.
Te has ido hoy con la Virgen del Mar y desde allí,
sea donde sea, contemplas
las regatas de traineras y nos miras.
---
18/7 Donosti
Seis horas de autobús no son nada para acudir a celebrarte.
Celebrar, sí, el privilegio de haberte tenido siempre.
Me acompañan Gundula Janowitz, Gerhard Stolze y Ficher-Dieskau:
Carmina Burana majestuosa.
También Des'ree hace que me olvide del compañero de viaje roncador.
Su inconfundible voz me acompaña por la páginas de un buen amigo:
"Bajo la fría luz de Octubre" de Eloy M. Cebrian.
Los viajes en solitario tienen eso de bueno,
poder disfrutar de buena música y fantástica lectura.
No hubo lágrimas. Sí abrazos y caricias. Y besos sinceros.
En realidad es como si aún siguieras con nosotros paseando por Gros y la
Zurriola o contemplando la inmensa y horrible mole del Kursal. Seguro
que ti tampoco te gustaba.
Sé que tú, marinero, nos vas a seguir cuidando y seguiremos riéndonos como
nos has enseñado: con el corazón abierto y el alma entregada.
Hasta siempre.
MAR - Julio2004