Editorial Alaire

Al cobrar cuerpo una palabra solamente y así
aprisionar cualquier otro contenido en mi cerebro,
es ya común que me inunde, lo que es injusto,
un arenoso agobio de adolescente.

Soy demasiado veraz para soñarme
a lomos de los años que aún me quedan.

Por eso al clarear el mediodía de su rostro
rinde los brazos al bosque
que brotó de la semilla de mis huesos.

Soy demasiado falso para extender
la palabra escasa que me sostiene.

De ahí que al respirar me detenga entre sus párpados
y tema que en su piel blanca estén los dioses.

Excepcional, Juan.

Tus poemas van tomando un camino propio que me gusta.

Felicidades
Un beso
Ana

Pues yo veo fuego y color en tu palabra, que leo con mucho agrado. Precioso poema en tu magnífica línea
Abrazos
Pilar

Hondo y sincero. Nos refleja a casi todos.

La palabra nos acompañará siempre. No sé si envejecerá con nosotros. No me he parado a pensarlo; pero estoy inclinado a creer que no, que la palabra encuentra ese espacio intemporal que la hace universal y plena de vida para siempre. Tal vez por eso la perseguimos. Pocos tienen la suerte de encontrarla. Te cuento, y el poema es prueba elocuente de lo que digo, entre ellos.
Me has hecho reflexionar o,mejor, iniciar el recorrido de una reflexión que se continuará en el tiempo.
Salud

Ana Muela Sopeña escribió:Excepcional, Juan.

Tus poemas van tomando un camino propio que me gusta.

Felicidades
Un beso
Ana

Lo que es verdaderamente excepcional es tu generosidad, Ana. Muchísimas gracias.


Un beso también para ti.

Pilar Morte escribió:Pues yo veo fuego y color en tu palabra, que leo con mucho agrado. Precioso poema en tu magnífica línea
Abrazos
Pilar

Muchas gracias, Pilar. Me alegra que te haya gustado y agradezco lo que dices.


Un abrazo.

Juan Fionello escribió:

Al cobrar cuerpo una palabra solamente y así
aprisionar cualquier otro contenido en mi cerebro,
es ya corriente que me inunde, lo que es injusto,
un arenoso agobio de adolescente.

Soy demasiado veraz para soñarme
a lomos de los años que aún me quedan.

Por eso al clarear el mediodía de su rostro
rinde los brazos al bosque
que brotó de la semilla de mis huesos.

Soy demasiado falso para extender
la palabra escasa que me sostiene.

De ahí que al respirar me detenga entre sus párpados
y tema que en su piel blanca estén los dioses.

El poder de la palabra se manifesta y materializa. He vuelto a este poema que no quise comentar de inmediato. Me parece un poema franco, de profunda espiritualidad.

El agua brota de la caudalosa palabra "agua".

Un fuerte abrazo,
E. R. Aristy

Excelente poema, Juan. Tu palabra poética, que aparentemente tiende hacia la sintesis, es de una gran expresividad. Tu poesía invita a la reflexión y a descubrir aspectos de la vida que a otros se nos pasan de largo. Un abrazo.

Marta Núñez escribió:Hondo y sincero. Nos refleja a casi todos.

Muchas gracias por tu paso, Marta, y por tu amable comentario.


Un abrazo.

Juan Fionello escribió:

Al cobrar cuerpo una palabra solamente y así
aprisionar cualquier otro contenido en mi cerebro,
es ya común que me inunde, lo que es injusto,
un arenoso agobio de adolescente.

Soy demasiado veraz para soñarme
a lomos de los años que aún me quedan.

Por eso al clarear el mediodía de su rostro
rinde los brazos al bosque
que brotó de la semilla de mis huesos.

Soy demasiado falso para extender
la palabra escasa que me sostiene.

De ahí que al respirar me detenga entre sus párpados
y tema que en su piel blanca estén los dioses.

Asocio lo poético
con la belleza. Hay otros objetivos y blancos que disparan los secretos del poeta
pero la belleza atrae como ninguno.Son versos de una cadencia perfecta y con un grado de imágenes que desbordan la imaginación.
Tremendamente bueno tus verso Juan

abrazos

lázaro

La palabra es y seguirá siendo nuestro puerto, ha sido un placer leer tan hermosos versos.
Abrazos
Gabriela

Julio González Alonso escribió:La palabra nos acompañará siempre. No sé si envejecerá con nosotros. No me he parado a pensarlo; pero estoy inclinado a creer que no, que la palabra encuentra ese espacio intemporal que la hace universal y plena de vida para siempre. Tal vez por eso la perseguimos. Pocos tienen la suerte de encontrarla. Te cuento, y el poema es prueba elocuente de lo que digo, entre ellos.
Me has hecho reflexionar o,mejor, iniciar el recorrido de una reflexión que se continuará en el tiempo.
Salud

Hay comentarios que enriquecen al poema, que lo hacen llegar más lejos de lo que por sí solos, por su modestia, serían capaces. Este tuyo, Julio, es uno de esos comentarios, y te agradezco profundamente que lo hayas dejado aquí.

Un abrazo.

Todos vamos a lomos de la palabra y es lo que nos da entidad, porque los conceptos hombre, amor, tiempo, poesía...no serian posibles sin la palabra que los dimensiona, los contiene, los esclaviza y les da su significado ultimo. La palabra nos hace posibles en su permanencia.
Un abrazo.
Pepa

E. R. Aristy escribió:

Juan Fionello escribió:

Al cobrar cuerpo una palabra solamente y así
aprisionar cualquier otro contenido en mi cerebro,
es ya corriente que me inunde, lo que es injusto,
un arenoso agobio de adolescente.

Soy demasiado veraz para soñarme
a lomos de los años que aún me quedan.

Por eso al clarear el mediodía de su rostro
rinde los brazos al bosque
que brotó de la semilla de mis huesos.

Soy demasiado falso para extender
la palabra escasa que me sostiene.

De ahí que al respirar me detenga entre sus párpados
y tema que en su piel blanca estén los dioses.

El poder de la palabra se manifesta y materializa. He vuelto a este poema que no quise comentar de inmediato. Me parece un poema franco, de profunda espiritualidad.

El agua brota de la caudalosa palabra "agua".

Un fuerte abrazo,
E. R. Aristy

Muchas gracias, Roxane, en este caso la palabra, en tu comentario, es profundamente generosa y la agradezco de corazón.

Un abrazo.