Editorial Alaire

Siempre hay algo que escapa de la muerte
y aroma los objetos del ex hombre:
las llaves de las puertas con su nombre,
los naipes que le dieron duda o suerte.

El alguien que le amaba pasa grave
por esos fugitivos de la nada:
la radio con afasia despiadada,
la ropa en el armario oliendo suave.

Ya borrados los signos distintivos
los fragmentos resguardan la verdad
de vida en que nos fuimos diluyendo.

Tendrás también tus propios fugitivos
después de todo, y un alguien pasará
por ellos tiernamente sonriendo.

Inteligente poema, me ha gustado a sobremanera. Un placer leerte, Pablo.

ERA

Llega hondo este hermoso poema, sobre todo, la tercera estrofa. Gracias por permitirnos disfrutar su elocuente sentimiento.
Un abrazo poeta

Un soneto hermoso escrito con bastante naturalidad que se disfruta hasta el último terceto.
Un saludo.

Gracias Roxane. Me alegro que te haga gustado.

Gracias Liz. Es un honor que hayas considerado mi poema.

Simón, me alegra que te haya gustado. Gracias por tu amable mensaje.

Pablo, yo tengo tántos que se me han ido y es tan cierto lo que dices. Siempre queda algo de ellos entre nosotros. Hermoso poema, mis saludos y respetos.