Editorial Alaire

Siento, Viento, que mis ojos sorben el brillo
de las plañideras grises de oficina,
y mis manos la aspereza rígida
de caimanes de estos meses funerarios.

Siento dientes que se esparcen como el fuego
al morder el mármol blanco de los túmulos.

El hombre gordo que teclea en la otra sala
vino hace poco a pedir pordiós que lo acunase
en mis rodillas bendecidas por tus besos.

Sudo muertos del verano,
calcinados, que hacen gracias, piruetas,
deseando contagiarse mi reposo.

Y una imagen respirable, como el viento
que resucita mis labios, alegre,
expectante nueve días,
derramada de tus brazos,
me consuela, Viento dulce, me consuela.

Juan Fionello escribió:
Siento, Viento, que mis ojos sorben el brillo
de las plañideras grises de oficina,
y mis manos la aspereza rígida
de caimanes de estos meses funerarios.

Siento dientes que se esparcen como el fuego
al morder el mármol blanco de los túmulos.

El hombre gordo que teclea en la otra sala
vino hace poco a pedir pordios que lo acunase
en mis rodillas bendecidas por tus besos.

Sudo muertos del verano,
calcinados, que hacen gracias, piruetas,
deseando contagiarse mi reposo.

Y una imagen respirable, como el viento
que resucita mis labios, alegre,
expectante nueve días,
derramada de tus brazos,
me consuela, Viento dulce, me consuela.

Pues me dio este poema Juan, una sensaciòn de opresiòn muy fuerte hasta que lleguè, claro, a la ùltima estrofa que resulta balsàmica y esperanzadora. Un abrazo, Luna.-

Me ha parecido sentir como un vacío ante lo que te rodea y al final la salvación de los brazos que esperan. Me gustó
Abrazos
Pilar

Luna de Nos escribió:

Juan Fionello escribió:
Siento, Viento, que mis ojos sorben el brillo
de las plañideras grises de oficina,
y mis manos la aspereza rígida
de caimanes de estos meses funerarios.

Siento dientes que se esparcen como el fuego
al morder el mármol blanco de los túmulos.

El hombre gordo que teclea en la otra sala
vino hace poco a pedir pordios que lo acunase
en mis rodillas bendecidas por tus besos.

Sudo muertos del verano,
calcinados, que hacen gracias, piruetas,
deseando contagiarse mi reposo.

Y una imagen respirable, como el viento
que resucita mis labios, alegre,
expectante nueve días,
derramada de tus brazos,
me consuela, Viento dulce, me consuela.

Pues me dio este poema Juan, una sensaciòn de opresiòn muy fuerte hasta que lleguè, claro, a la ùltima estrofa que resulta balsàmica y esperanzadora. Un abrazo, Luna.-

Muchas gracias, Luna, el poema intenta, sin excesiva esperanza, más o menos transmitir esa sensación, así que te agradezco enormemente lo que me dices.

Un abrazo.

Poema de asfixia, de agobio con un final perfecto y esperanzador, Juan.

Un beso grande
Ana

Juan Fionello escribió:
Siento, Viento, que mis ojos sorben el brillo
de las plañideras grises de oficina,
y mis manos la aspereza rígida
de caimanes de estos meses funerarios.

Siento dientes que se esparcen como el fuego
al morder el mármol blanco de los túmulos.

El hombre gordo que teclea en la otra sala
vino hace poco a pedir pordiós que lo acunase
en mis rodillas bendecidas por tus besos.

Sudo muertos del verano,
calcinados, que hacen gracias, piruetas,
deseando contagiarse mi reposo.

Y una imagen respirable, como el viento
que resucita mis labios, alegre,
expectante nueve días,
derramada de tus brazos,
me consuela, Viento dulce, me consuela.

Me recuerda a la sensación que uno tiene cuando queda poco para una vacaciones y sobre todo en esa última estrofa, me siento identificada. Por cierto, me ha gustado mucho. Abrazos.

A mi me da la impresión de que hablas de la rutina diaria, del agobio y la opresión que muchas veces supone. La estrofa final abre una puerta a la esperanza y pone broche de oro al poema. Naturalmente que me gustaron estos versos. Un abrazo.

Tu poesía Juan la sigo con mucha atención.Eres de esas personas que trasmites optimismo
y a la vez impulsa a uno a mejorase. tu dominio poético para mí
es impresionante, nada de lisonjas eh? soy muy rebelde para eso
pero creo firmemente en lo que me conmueve..

abrazos


lázaro

Un poema que deja espectante. Escrito con maestría y muy trabajado en su aparente, sencilla forma. Parece una nostalgia, en estos días oscuros, fríos, de casi invierno, del viento, de los días del verano ya pasado.... y de la esperanza y la frescura por el que vendrá. Pero todo esto puede ser una metáfora trasladable a más cosas cíclicas de nuestras vidas.
Lo dicho, un trabajo excelente que nos deja pensativos y espectantes.
Un abrazo.
J. Manuel

Hola Juan.
Supongo amigo mío, que ese "Viento dulce", con mayúsculas, debe ser alguien especial que te consuela del resto del poema. Me gustó, aunque haya cosas que se me escaparan.
Un abrazo.
Mario.

Se siente una propuesta asfixiante rescatada en el último verso. Aplausos.
Un abrazo.

Siento, Viento, que mis ojos sorben el brillo
de las plañideras grises de oficina,
y mis manos la aspereza rígida
de caimanes de estos meses funerarios.

Siento dientes que se esparcen como el fuego
al morder el mármol blanco de los túmulos.

El hombre gordo que teclea en la otra sala
vino hace poco a pedir pordiós que lo acunase
en mis rodillas bendecidas por tus besos.

Sudo muertos del verano,
calcinados, que hacen gracias, piruetas,
deseando contagiarse mi reposo.

Y una imagen respirable, como el viento
que resucita mis labios, alegre,
expectante nueve días,
derramada de tus brazos,
me consuela, Viento dulce, me consuela.

Interesante trabajo, amigo Juan, este diálogo intimista con Viento. Es, como habitualmente en tus obras, un ejercicio estilístico que busca desesperadamente el lado noble de su aspecto natural, hábitat inhóspito y, sin embargo, lugar más que sagrado para los autores que quieren relatar, relatarse a su modo, y tiene que ser personal e intransferible; lo saben.

Estimado colega, en tu poema también creo observar otra constante de tus obras, hay una apoyatura existencial -y es un principio inexcusable- que acaba en manos de la visión estética. Bueno, aunque no es novedoso, muchos autores son eso, yo mismo quiero serlo, la verdad es que tú pareces conseguir paulatinamente el propósito que digo.

Veo que pasas un poco del tema de las asonancias, ahí estamos de acuerdo, más que nada porque una asonancia se nota un rato largo, así que si está es porque al autor le ha dado la gana dejarla. Por otro lado, hablando técnicamente, está bien señalar esta clase de aspectos cuando se empieza a escribir, o sea, cuando el autor no se entera ni siquiera de eso, pero, si le hablas de asonancias a un poeta que más o menos se entere de poesía, también le estarás diciendo el nivel técnico que tienes.

Del ritmo decirte que no está mal, subes un escalón y amplías el habitual campo fonológico del verso 8/11, para un 8/13 que significa el aspecto multimétrico (verso libre) alejándolo de cualquier polimetría premeditada. Hablamos pues de un ritmo retórico que se encamina hacia su mayoría de edad, de la amplitud estética en el conjunto de la unidad rítmica.
Que no se me olvide señalarte los aciertos en la labor de acotar los espacios rítmicos; siendo como es una de tus constantes versales, para mí, que pienso en ello como el elemento diferenciador entre los poetas, ya que fondo y forma son uno, eres un autor con posibilidades reales de ser leído.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Versos de una solidez lírica encomiable. Nada está de más. Todo de una belleza e intensidad deslumbrantes. Mucho más que felicitaciones y aplausos, amigo Juan; el reconocimiento de un poema que emerge como punta de iceberg de una obra importante. Con un abrazo.
Salud

Encuentro el poema muy bello y dicente. Felicitaciones.
Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Me ha parecido sentir como un vacío ante lo que te rodea y al final la salvación de los brazos que esperan. Me gustó
Abrazos
Pilar

Pilar, me alegra que te haya gustado. Es un poema que trata de sensaciones, así que tu interpretación se aproxima mucho a la intención del poema.

Un abrazo y muchas gracias por tu comentario.