El poema que jamás concluiste
Moderadores: J. J. Martínez Ferreiro, Rafel Calle
- Rosa Marzal
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Re: El poema que jamás concluiste
Un abrazo.
- Ricardo Serna G
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Re: El poema que jamás concluiste
Maravilloso poema y original
Te felicito por el reconocimiento
Un abrazo fuerte, amiga
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Ricardo Serna G
-
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Re: El poema que jamás concluiste
Siempre una altísima calidad en tus entregas, en estos grandes trabajos tuyos.
Son cátedra, inteligencia pura y dura, belleza sin posibilidades de retorno.
Abrazos.
porque yo que nunca pisé otro camino que el de tu luz
no tengo más sendero que el que traza tu ojo dorado
sobre el confín oscuro de este mar sin orillas."
El faro, Ramón Carballal
- Rafel Calle
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Re: El poema que jamás concluiste
- Rafel Calle
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Re: El poema que jamás concluiste
- Mirta Elena Tessio
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Re: El poema que jamás concluiste
Me siento identificada con este poema.Rosa Marzal escribió: ↑Jue, 12 Sep 2019 7:52 ¿Recuerdas el poema que jamás concluiste?
Comenzaba igual que casi todos :
El destino sembró espuelas sobre el cielo esa noche
en la que rugían de hambre los tractores.
Tú no eras más que un amasijo de carne y sangre
unidas todavía al cordón umbilical
de la nada.
Los búhos afilaban su mirada, intuyendo
bajo la superficie de la tierra
un huidizo temblor.
Ya entonces, el grito de tu recién nacida voz
era una herida abierta
sobre la blanda carne del futuro.
(luego continuabas desempolvando pálidos recuerdos)
Añorabas tu casa.
Tu patria era del color de sus ojos.
(la tormenta se cebó con tu signo)
El viento trajo consigo una mañana
ubres negras y fósiles de sueños.
( Te lo advierto,
¡deja ya de hurgar en el vientre del pasado con uñas de nostalgia!)
Empecemos de nuevo:
¿Recuerdas el cuento que jamás concluiste?
Erase una vez una niña que jugó con su sombra;
la sombra se encogía y agrandaba,
se filtraba lentamente por la sal
de las lágrimas...
(No, nada de lágrimas)
Érase una vez una niña que jugaba a domesticar
su sombra,
un invierno salpicado de flores encendidas,
y un verano que reventó con su luz
quince otoños de infancia.
Los recuerdos, los otoños de una niña solitaria, los inviernos que se quedan en los huesos.Los juegos con mi propia sombra cuando jubaba a la rayuela. Me ha emocionado.
Pero con el paso del tiempo he remandado mis heridas y sigo como puedo en este mundo.Somos sobrevivientes, mujeres sensible, apasionadas que se caen y se levanta, te dejo mi abrazo y admiración-
por lo que el árbol tiene de florido
vive de lo que tiene sepultado.
Francisco Luis Bernárdez