¡Mira que me haces trabajar, eh! Seguro que pensaste que era una forma de salir de mi estado emocional. Me conoces bien, he comenzado primero con la lucha entre dos biólogos: el alemán y el francés. Ambos luchando, de forma enconada, por la apropiación de la palabra biología. Uno la inventa y el ot...

«El cielo raso es un palíndromo», dice el paladín de su propio espejo. －T. Reinhold, Art pour moi Acaso me fuera predestinada la circunstancia de verme envuelto en esta precisa desgracia y no en otra. Difícil es saberlo entre los requerimientos de mi trabajo y las solicitudes de mis amigos, tan aje...

Combinas aquí con acierto la ambientación de los romances primigenios con algunas de las problemáticas más contumaces del ser humano.

Puede uno figurarse esas vidas acabadas como enteras, es decir, como gotas de agua cayendo, silenciosas, al mismo río de hoy.

Sorprende dar con descripciones tan naturalmente reflectantes. Las sensaciones propias de la protagonista van de lo sexual a lo frío metálico de la soledad, insertas en una suerte de dualismo tensado por el ensueño. Ese encuentro entre los cuerpos pudiera ser puro pasado dentro de su aislada vida o ...

En esta ocasión quisiera destacar la calidad de las imágenes en tu poema. Todos los versos son muy visuales, muy sugestivos. Nos parece que remiten a escenas hasta dantescas, que atraen sobre sí la atención de la melancolía. El uso del verbo «riela», en concreto, me ha sorprendido por su fuerza expr...

A la guerra vamos como quienes van a sortear los avatares de algún enemigo de los dioses. Hay que preparar el equipamiento, las comidas, los aceites para conservar la durabilidad de las armas; hay que llevar un arco para el remate a distancia y una espada para la puja inevitable en mitad de la noche...

Creo que la búsqueda de la definición de verso libre es una de esas tantas empresas humanas destinadas a fracasar nada más ser emprendidas. ¿Que es terrible que así sea? En mi opinión, no más que el que aire vuele o que la liebre corra. Representa, sí, un esfuerzo por esclarecer un fenómeno que está...

Con qué finura de concepto nos ilustras sobre las enredaderas de Sueño el venturoso. Puntería excepcional la suya, y también implacable: la realidad de lo visto y no visto se revela, por él, en una fracción inasible de tiempo. No debería extrañarnos que así sea: Sueño, dicen, es justiciero espadachí...

Y se murió el último tanguista de Venecia. Lo supo la primera la ciudad. Sus recias columnas de madera se inclinaron lo suyo ante la triste noticia. La Itálica lloró desconsolada. Y qué hora las cinco de la tarde para advertirlo de plano, para notar su ausencia devastadora en el taburete vacío. En e...

¡Qué sorpresa esta que me dejas en forma de un bien agavillado relato! Recién ahora, una vez libre de sus arcaicos hilos (espero), puedo decirte unas cuantas palabras. Que sepas que voy a pedirme el guardabosques —así te toco la pelirroja moral—. El drama de estos personajes me trajo al recuerdo aqu...

Basta una sola noche, una sola respirable noche, para dar cuenta de ciertos demonios descolgados. Haylos en tal cantidad y con tantas manías que, al tropezar con uno, acabamos por entender en sus excentricidades al bueno de Lovecraft. Se aprecia un cierto dualismo atravesando las estrofas, uno de “c...

Sorpresa me causa esta obra de ingenio tuyo. Cada letra inicial acompaña a la de la palabra siguiente como el bis a su pieza anidada, con un sentido robusto de conjunto. Uno imagina, por lo bajo, un placer y un dolor, una catarsis, una catexia. Pero... Sabía yo que de algo me sonaba un nombre tan pi...

Me pesa llegar a destiempo a detenerme ante la arquitectura de este poema pensado para enhebrar las esquivas horas del teatro. Esta es tu obra y yo la admiro como lo haría un fenicio. He disfrutado con el despliegue técnico, el estilo agonista, el tratamiento de los temas y el dedicado. No es casual...

¡Uf! Mito sayón este que te sacas de la chistera, de buena andadura es. Al tacto lo real podrá ser todo lo endeble y cizañero que se quiera, pero no cabe la menor duda de que la dosis justa de quimera endemoniada conjura sin esfuerzo el peligro de las cerillas cortas, de los pregoneros predefinidos,...

Tango de contraluces, tango de remembranzas este. Puertas inciertas, siempre inciertas ellas. Trance de puertas, apenas trance. Paredes-espejos cargados de alaridos. Sus ecos resuenan por doquier, y, acusando el golpe, la piel oportuna se contrae, pues presiente la cromática sucia del rocío; se arqu...